domingo, 21 de octubre de 2012

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Después de un tiempo vuelvo al blog para dejar esta info que explica algunas cosas… ¿El trastorno bipolar es hereditario? Los padres generalmente han ver sus propias características que se reflejan en sus hijos, como los ojos verdes de una timidez hija o hijo. Pero los estudios muestran el trastorno bipolar se ejecuta en las familias y según los expertos, que la mayoría de las personas que viven con la enfermedad puede identificar al menos un padre que tiene el trastorno bipolar o depresión. ¿Qué sucede cuando uno o ambos padres son bipolares y su niño es diagnosticado con una enfermedad que ha causado grandes dificultades a un padre? “Usted encontrará sin duda un riesgo mayor en las familias donde una persona tiene el trastorno bipolar,”, dice Greg Simon, MD, psiquiatra e investigador de la cooperativa de la salud del grupo de Seattle y el Presidente de la junta asesora científica de la depresión y Bipolar Support Alliance. “Pero el riesgo sigue siendo alto en términos absolutos”. ¿Eres bipolar? Realizar la evaluación del en otras palabras, el vínculo genético no significa que un padre bipolar o incluso dos producirá necesariamente un niño bipolar. Otros factores, incluyendo los eventos estresantes, cambios bruscos en los patrones de sueño y enfermedad médica crónica, pueden contribuir al riesgo de una persona. Estudios informaron tasas de trastorno bipolar entre 4% y 15% para los niños con un padre bipolar, de 0% a 2% de la descendencia de los padres que no tienen el trastorno. Y si ambos padres son bipolar, en lugar de sólo uno, un niño es aproximadamente de 3,5 veces más probabilidad de desarrollar la condición. Algunos padres bipolares tienen remordimientos Del mismo modo, cuando un padre es bipolar ve la enfermedad ocurre en un niño, las estadísticas no parecen importar más. Se siente como si simplemente se hereda la enfermedad. Stacey Galka, 38, de Denver, es una madre soltera, quien fue diagnosticada con trastorno bipolar, cuando ella tenía 26. En ese momento, su hija ya tenía 5 años. Stacey dice su propio diagnóstico fue un alivio porque le ayudó a entender por qué su vida siempre ha sido tan caótico, pero cuando su hija fue trastorno diagnosticado bipolar a la edad de 13 años, Stacey tenía dificultad para aceptar. “Honestamente, si hubiera sabido entonces lo que sé ahora, no hubiera nunca tuve un niño,” dijo ella. “Fue bastante difícil para mí ir a través de lo que estaba haciendo”. ¿Trabajo de trastorno bipolar en tu familia?Mientras que las posibilidades de que algunos niños con trastorno bipolar son impulsadas por factores genéticos, hay formas de tratar la enfermedad. Ronald r. Fiévé, MD, un psychopharmacologist en la práctica privada en Nueva York, señaló que las drogas han revolucionado la vida de las personas que padecen del trastorno bipolar y recibió tratamiento. Para limitar la aparición de trastorno bipolar en cualquier niño en riesgo, sin embargo, el Dr. Fiévé dice que el estado general de salud es muy importante: sueño normal, sanos hábitos alimenticios, ejercicio regular y evitando las drogas y el alcohol. Privación de sueño o estrés de la vida significativa puede precipitar la aparición de un episodio maníaco o depresivo. Brandi, 34, vive en Colorado Springs. Ella fue diagnosticada después de sus primeros disparos de embarazo en un episodio maniaco y drogas estabilizaron su estado de ánimo. Ahora, ella tiene dos hijas. Aunque ella está preocupada de que van a heredar el trastorno, ella dijo que ella está más preocupada por cómo pueden afectar su propio trastorno bipolar le. Como un padre bipolar, ella tiene una tendencia a gritar, tomar malas decisiones con alimentos o se compra y se obtiene fácilmente agitado cuando su antorcha de síntomas. “Me preocupa que terminarán por algo”. “Mantengo una estrecha vigilancia sobre mis 3 años”, dijo. “Mantenga diciendo a mí mismo, ‘ este es el comportamiento normal de 3 años.”. Es muy bueno. “Así que supongo que no es una cuestión de tener miedo de su ser bipolar y me da miedo cómo es para extinguir a causa de mi bipolar. » Una prueba genética para bipolar en el horizonte Los expertos han descubierto que hay muchos más genes involucrados en el trastorno bipolar que los científicos pensaron al principio. Alexander b. Niculescu III, MD, PhD, profesor de Psiquiatría y neurociencia médica en la Indiana University School of Medicine, trabaja para desarrollar una prueba genética que, así como otros datos como historia familiar, sería evaluar el riesgo del niño de desarrollar la enfermedad. “Estas pruebas será otra pieza de información que como usted puede ser un riesgo mayor (o menos)”, dijo. “Los genes no son necesariamente su destino”. Para que la enfermedad para manifestarse, necesita tener efectos sobre el medio ambiente, el estrés, la exposición a infecciones, neurotoxinas, drogas. En última instancia, la prevención e intervención temprana en personas de alto riesgo pueden hacer una gran diferencia. » Dr. Niculescu y su equipo también están desarrollando pruebas de sangre de biomarcadores para evaluar la severidad de la enfermedad y para medir la respuesta al tratamiento. “Una vez que la enfermedad se ha manifestado, es necesario tener herramientas objetivas para hacer un mejor trabajo de tratamiento de las personas y ayuda a personalizar el tratamiento”, dijo. “Pruebas de biomarcadores basados en la sangre son esas herramientas”. Estarán probable que las pruebas genéticas de pruebas y biomarcadores disponibles en los próximos cinco años.

domingo, 24 de abril de 2011

Apropiado..

EL ORIGEN Y LA IDENTIDAD: la otra cara de las adopciones Quienes buscan su verdadera identidad no son sólo hijos de desaparecidos. Miles de adultos argentinos, adoptados ilegalemente durante las últimas décadas, intentan reencontrarse con sus padres biológicos y conocer sus raíces. Una búsqueda dramática por conocer el pasado para seguir adelante El cartelito está hecho sobre un modesto azulejo. Las letras fueron escritas con plasticolas de colores, lo que genera una sensación ligeramente naif. Pide: "Por favor, no fumar". Lucas no le prestó atención. En poco más de dos horas, liquidó una cajita de Marlboro de diez cigarrillos y, cuando se le acabaron, su foco de atención pasó a ser el encendedor, al que casi dejó sin bencina luego de prenderlo una y otra vez. Durante ese rato, se pasó alternadamente las manos sobre la cabeza, acariciando los escasos y suaves cabellos. Tiene 30 años y es evidente que padece una calvicie prematura. Nunca esbozó una sonrisa y sólo una vez estuvo a punto de llorar. Los ojos se le cubrieron con una cortina húmeda, pero las lágrimas no salieron. "Muchas veces quise llorar y no pude", confesaría más tarde. El viernes 8 de abril Lucas recibió esa noticia que durante toda su vida estuvo esperando, ansioso y temeroso al mismo tiempo. "Lucas, vos sos adoptado y tu madre biológica te está buscando", le dijo el funcionario. "Yo lo sabía, dentro de mí sabía que era así. Siempre supe que algún día esto iba a pasar", respondió en voz baja, un par de segundos después. "Conocer tu identidad es tu derecho. Con esta información podés hacer lo que quieras, vos decidís", le explicaron. Lucas se enteró esa mañana además de que tenía otros dos hermanos, de que fue bautizado dos veces -primero por su mamá biológica y luego por su madre de crianza- y nació un día antes de la fecha en la que siempre celebró su cumpleaños. Las novedades tuvieron para él un efecto liberador: "Siento que me estoy sacando una mochila de encima". Lo mismo les ocurrió a otros que se enteraron de que habían sido adoptados cuando ya eran adultos. Después de haber vivido con la sensación de que las cosas no eran como se las habían contado, saber la verdad, a la edad que sea, se convierte en una plataforma, una tabla a la que poder aferrarse para empezar de nuevo. Sólo en la provincia de Buenos Aires hay actualmente 130 casos registrados de personas que buscan su verdadera identidad. La gran mayoría, 128 casos, son personas adultas -unas pocas adoptadas; la gran mayoría fueron apropiadas y anotadas con otro nombre- que están buscando a sus padres biológicos. Los otros dos son de madres que dieron a sus hijos o que se los quitaron y ahora quieren conocerlos. Una de ellas es la mamá de Lucas: su madre le escribió una carta a Néstor Kirchner en la que decía que tenía tres hijos, que se los habían quitado mientras estuvo internada por causas psiquiátricas y le pedía ayuda para encontrarlos. La carta viajó a La Plata, la leyó el gobernador Felipe Solá, quien se la pasó a su ministro León Arslanian, quien finalmente la envió al despacho de Alejandro Inchaurregui, titular de la Dirección General de Registro de Personas Desaparecidas. La repartición había sido creada el 1º de enero de 1999 por Arslanian durante su anterior paso por el Ministerio de Seguridad, con el objeto de buscar a personas desaparecidas, los casos típicos de fuga o abandono de hogar y extraviados. Pero con el tiempo comenzaron a presentarse en la Dirección cada vez más personas mayores que buscaban a sus padres biológicos. En los dos últimos años, con la colaboración del Patronato de Menores de la Suprema Corte de Justicia, lograron el reencuentro de 25 hijos con sus verdaderos padres. Desde diciembre último tuvieron un aluvión de presentaciones, luego de que el canal América difundiera la historia de una mujer, de nombre Claudia, que a los 44 años se enteró de que había sido apropiada y anotada como hija propia por quien siempre creyó eran sus padres. Un caso similar al de Marcela Rodríguez, la mujer de 38 años apropiada ilegalmente, del que LA NACION dio cuenta en su edición del 20 de marzo último. La apropiación es el método más habitual en las adopciones ilegales: se anota como un hijo propio al recién nacido de otra mujer luego de haber obtenido un certificado de nacimiento apócrifo firmado por un médico o una obstetra. "Socialmente aceptado" "La entrega de niños, aun con la mejor intención, constituye un delito que, sin embargo, está socialmente aceptado. La gente visualiza como un delincuente susceptible de ser condenado a prisión a quien roba un auto, pero no utiliza los mismos parámetros cuando se trafican chicos. Aclaro que debe entenderse por tráfico de niños toda transacción que tenga por objeto un niño, sea lucrativa en términos de dinero o especies o no. De esta manera, la entrega de un niño es tráfico", explica Inchaurregui, al definir una práctica que viene de lejos. Los 130 casos en carpeta en la provincia de Buenos Aires son apenas una muestra de un universo que nadie sabe dónde termina. Sucede que la costumbre de anotar como propio a un hijo de otra mujer, o conseguir una adopción con visos de legalidad, pero fraudulenta en su origen, está tan extendida como arraigada en una sociedad como la argentina que no se caracteriza, precisamente, por su apego a las normas. "¿Quién no conoce el caso de un primo o de un vecino que un día apareció, sin saber cómo, y pasó a formar parte de la familia? Todos saben que ha sido adoptado, o apropiado, pero él es el último en enterarse, si es que alguna vez se entera", dice Inchaurregui. El mismo tuvo que resolver un caso así en su propia familia. En el mes de noviembre, le contó a una prima de 43 años que había sido adoptada. Ella siempre lo había sospechado, pero nunca quiso preguntar. "Para no importunar", dijo. Su madre biológica la encontró en febrero; la buscaba desde hacía años. Le contó que había sido robada de la cuna, luego de que ella había dado a luz en un sanatorio de La Plata. "Durante la dictadura existía una cuestión ideológica. Los militares decían que los hijos de los desaparecidos tenían que crecer en hogares ?occidentales y cristianos?. Los chicos fueron prácticamente extraídos del seno materno. Los militares escuchaban los dos gritos: el de la madre cuando daba a luz y el del niño cuando nacía. Luego se lo robaban. El gran aporte de las Abuelas de Plaza de Mayo fue haber convertido el tema de la búsqueda de los chicos en un derecho constitucional como es el de conocer la verdadera identidad. En los casos de los niños apropiados en democracia, el tema es el mismo: los chicos tienen el derecho de conocer su origen", explica la jueza de menores de Moreno Mirta Guarino. La ley de adopciones 24.779, vigente desde 1997, establece que los padres que adoptan a un menor se comprometen a hacerle conocer su identidad biológica y además prevé que cuando el niño adoptado llegue a los 18 años pueda tener acceso al expediente de juicio de adopción para conocer su origen. El objetivo es claro: se busca preservar al chico adoptado. De lo contrario, el no saber, la duda, puede ser un lastre que se arrastra de por vida. Cuando surge la duda Gabriela Alejandra tiene 40 años y quiere conocer a su mamá. Sabe que nació en Berisso en octubre de 1964, que en su nacimiento intervino una partera llamada Julia Martínez de Cioppina y que, como sitio del parto, en el certificado aparece un domicilio situado en Montevideo 225 de esa localidad, situado a pocas cuadras de un hospital. A las pocas horas de nacer fue entregada a una pareja de 49 años, que la anotó como propia. Cuando tenía ocho años, una amiguita del barrio le dijo que era adoptada, en uno de esos actos de crueldad que sólo se pueden explicar por la imprudencia brutal de un niño. Volvió corriendo a su casa y hecha un llanto le preguntó a su mamá si eso era cierto. La mujer se lo negó, pero la duda anidó en ella para siempre. Cuando tenía quince empezó a hacer cuentas y llegó a la conclusión de que sus padres no eran los verdaderos. Enfrentó a su papá. "Le dije: decime si soy adoptada. Desvió la mirada y los ojos se le llenaron de lágrimas. Pero no me dijo nada." Su padre de crianza falleció tres años después. Cuando Gabriela tenía veinte volvió a discutir con su madre por el mismo tema y la amenazó con dejarla, irse a vivir a otro lado, si no le decía la verdad. La mamá admitió entonces que la habían adoptado. "Sé que tu mamá era una chica de 17 años, que no te podía tener y te dio". Por su cuenta, encontró a la partera, con quien habló dos veces, pero no quiso darle más datos. "Te hicieron un favor", le dijo. Gabriela se casó, tuvo sus hijos, y el tema pasó a un segundo plano. Hasta que hace unos años volvió a buscar. "Me criaron bien, no soy renegada. Pero es un dolor que no se va. Veo que pasan los años, en que una madura, pero igual te duele más." Sólo quiere saber por qué la entregaron y pide que, si alguien tiene un dato sobre su verdadera identidad, se comunique con la Subsecretaría del Patronato de Menores (0221-425-4830) que depende de la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires. Después de mirarla detenidamente durante un buen rato, se puede llegar a descubrir algún rastro de los antiguos ancestros de raza negra que se esconden en los genes de María Rosa Pallone. Quizás sea por su cabello rizado, que peina hacia atrás. María Rosa se enteró de que era adoptada en 1998, a los 52 años, cuando los médicos le diagnosticaron una anemia hereditaria, denominada hemoglobina S, una enfermedad originaria de las razas negras que habitan en el Norte de Africa. Ese día empezó su búsqueda. Descubrió que tiene dos partidas de nacimiento, que su padre era el mulato y que habría nacido en el hospital Fernández. No pudo averiguar mucho más. Pero sigue en la búsqueda. La infancia y la adolescencia de Graciela Palma, de 43 años, fueron un peregrinar de psicólogo en psicólogo, pasar horas en consultorios médicos, por los permanentes dolores de cabeza que sufría. "Me crié en la Recoleta. Mi casa era un lujo. Pero yo nunca me sentí como ellos", dice. A los quince años le dijeron que había sido adoptada, que su madre era prostituta y que la iba a tirar a la basura. A los cuarenta se enfrentó con su madre adoptiva y le pidió que le dijera la verdad. Entonces, le contó que su madre era rusa o polaca y que el contacto lo había hecho una partera del Hospital Español. Le contó además que a poco de nacer la habían ido a buscar a Marcos Paz, aunque fue anotada como si hubiera nacido en su casa de la Recoleta. "Mi familia adoptiva hoy no me saluda. Dicen que soy una desagradecida. Si me ven por la calle me cruzan la cara". Graciela y María Rosa son integrantes de Quiénes Somos, una ONG integrada por un millar de personas como ellas que buscan su origen, su verdadera identidad. La Suprema Corte de Justicia bonaerense creó en 1988 un registro en el que deben anotarse todos los interesados en adoptar a un menor. Los postulantes deben tener residencia en la provincia, ya que es un registro cerrado. Esto facilita los trámites para los postulantes, ya que al anotarse en un juzgado quedan registrados para cualquier posible adopción que haya en la provincia. Y aunque existen demoras, éstas se explican porque hay más anotados que niños por adoptar. En otras jurisdicciones estas limitaciones no existen. En Misiones, por ejemplo, el registro es abierto, por eso es habitual que matrimonios de Buenos Aires viajen hasta allá para adoptar. "Hay chicos que hasta son pagados en cuotas, mediante una especie de subvención que se otorga a las familias que entregan a los niños. Hay que frenar la salida indiscriminada de niños de esa provincia, porque eso es tráfico. Más que un problema social o jurídico, éste es un grave problema político", advierte la jueza Guarino. Luego de que un juez otorga la adopción, el expediente queda guardado por si, al llegar a la mayoría de edad, la persona adoptada desea consultarlo. Esto facilita enormemente las cosas. Los problemas surgen cuando se trata de ir muy atrás en el tiempo y la búsqueda de la identidad se asemeja más a una tarea detectivesca que a otra cosa. "La búsqueda depende de cada caso. Cuando se tiene el nombre de la madre biológica comenzamos por el Padrón Electoral. Tenemos otras bases de datos como el Registro Provincial de la Personas y los beneficiarios de los planes sociales del Ministerio de Desarrollo Humano y Familia, porque muchas veces las mujeres que entregaron a sus hijos eran de condición social humilde", explica Inchaurregui. Cuando la identidad de la madre biológica es desconocida, lo habitual es entrevistar a los padres adoptivos, que a veces dicen la verdad pese a haberse negado antes a contarla a sus hijos adoptados. Otro de los caminos es buscar al médico o a la obstetra que aparece en el certificado de nacimiento y, si están fallecidos, se trata de hablar con sus familiares. "Se buscan testigos, información contextual. Cada caso es diferente. No tenemos un patrón de búsqueda, depende mucho de la creatividad", agrega Inchaurregui. En los casos de adopciones legales se rastrea el expediente judicial, donde consta la identidad de los padres que entregaron a su hijo. Lo mismo ocurre cuando se trata de un menor que estuvo en alguna institución oficial después de que la Justicia le quitara la patria potestad a sus padres. En esos casos siempre existe un expediente con la identidad de los progenitores, lo que permite comenzar su búsqueda. Buscando a los padres biológicos de Claudia, la mujer de 44 años que se enteró el año pasado de que era adoptada, personal de la Dirección de Registro de Personas Desaparecidas de la provincia de Buenos Aires llegó hasta el domicilio de la partera María Esther Chalauquén, en La Plata. Allí encontraron un álbum con una veintena de fotos de menores (hoy adultos), que son las que ilustran esta nota. Ahora hay una investigación en marcha, ya que se podrían aclarar otros casos de niños apropiados. Aunque Inchaurregui aclaró que no necesariamente quienes aparecen en las fotos hayan sido adoptados. Como las otras, éstas también son historias abiertas. Están buscando un final. Por Rafael Saralegui (h.) http://www.lanacion.com.ar

jueves, 14 de abril de 2011

LA MAGIA DE SER ADOPTADO


01 de abril
Hola Gabi; ¿Cómo estas? Hace rato que quería escribirte pero recién me pude hacer el tiempo.
Te cuento que estoy leyendo tu libro, también estuve en la presentación, y antes que nada quiero felicitarte por tu valentía. Yo también soy adoptado pero no me resulta tan fácil exponerme o abrirme así como lo haces vos. Tal vez a mi me cuesta más porque mi adopción no fue legal como la tuya y no quiero exponer a mis viejos… o tal vez es porque tengo instalado en mi cabeza el prejuicio de que ser adoptado es algo que tiene que ser ocultado. También supongo que tiene que ver con lo despectivo del chiste que se suele hacer de: “ah… porque vos sos adoptado”. Lo cierto es que a mi (a diferencia tuya, se que a todos nos pega distinto) la condición de ser hijo adoptivo o en realidad la situación de desconocer mi origen biológico, me marco con mucha negatividad gran parte de mi vida. Y todo esto producto de ese sentimiento de “abandono” común en muchos de nosotros.
Pero hoy transito otros caminos: el del perdón (creo) y el del aceptar (como me decía mi vieja hoy). Por eso me encanto saber de tu libro y ver que se le puede dar otro enfoque a todo esto, porque yo también siento que en general hay mucho rencor y negatividad en esta condición de los que somos adoptivos.
También es bueno saber que no somos “bichos raros”, que hay otros que les pasan o sienten cosas parecidas a las que nos pasan a nosotros.
Un beso y gracias por tu libro

03 de abril:
Gracias Guille!
Me hacía falta de verdad lo que me decís y contás sobre lo que compartimos...ser adoptados!
Pensaba en estos días si se podía sentir el mensaje que intenté transmitir y me siento feliz de que mi punto de vista o lo que siento haga ver el otro lado de las historias. Creo que ver la parte positiva de la situación que nos tocó, nos ayuda a asimilar y poder vivirlas de otra manera. Me refiero a una manera más relajada, con menos enrosque, porque en definitva es eso lo que verdaderamente da paz al alma. Ser adoptados, cualquiera sea la forma, circunstancia, etc es quizá, ( además de las dudas, las inquietudes, blablabla ..) saber y comprender que en algún punto, y que no es poca cosa, estamos acá y tuvimos la posibilidad de crecer en familia. Por eso valoro tanto esa parte. Ninguna familia es perfecta! , pero es justo la familia que nos tocó gracias a ¨Dios,por destino o lo que fuera, esa familia es la que nos acompaña todos los días de nuestras vidas. Yo siento que tuve mucha suerte porque tuve la posibilidad de sentirme parte de ella y eso me llena...
Esto no significa que yo no tenga dudas, cuestionamientos, necesidades, significa que elijo vivir aceptando lo que me tocó y disfrutar de eso!
Lo que decís de los típicos chistes y de lo de bicho raro, me hizo reír mucho y te lo agradezco porque en un momento dije algo al respecto en la presentación no sé si te acordas. Es que estaba tan emocionada...fue muy fuerte para mí. Pienso que una cosa es hablarlo con amigos, y aún con desconocidos en otro ambiente tomando mate y otra distinta es frente a otras personas y esa situación (presentación formal, etc) fue de alguna manera como estar en carne viva...Pero sabes? lo elijo, y elegí mostrarme porque tengo la necesidad de compartir que más allá de todo, vivir la adopción plenamente es posible.
Si tuviera que decirte algo con respecto a lo que me contás, como yo Gaby, no como psicóloga, sino como alguien que comparte sentimientos con vos, sería que mires a tu vieja...que tenés la posibilidad de poder sentarte y hablar aunque sea un rato con ella de la adopción y del tema que sea...no te parece increíble? El sólo hecho de tener la posibilidad de mirarla sabiendo que está con vos y seguramente te ama ..significa mucho para los que vivimos estas historias.
Tuvimos suerte! y lo digo más alla de como se sucedieron las cosas. Después cada uno decide de su vida si quiere conocer más o no, si se corre el riesgo o no., lo que sea siempre que uno este seguro y haga feliz y completo.
Sabes ? el nene de Mendoza que fue a la presentación cuando habló conmigo le pidió a sus papás que se mantuvieran lejos. Es muy loco porque es claro que ama y no quiere lastimar a los que ama pero necesita a la vez preguntar, saber, compartir sensaciones y situaciones..Es un poco lo que me decis vos con respecto a no exponer a tus viejos en algo que no sabes en qué puede terminar. Aún siendo todas historias distintas, vos, como el nene de Mendoza, como yo , y como seguro tantos otros,..ponemos en la balanza y protegemos lo que amamos! y lo haremos incluso si el día de mañana necesitamos saber más . .
Mientras...vivir...y creo que lo mejor es hacerlo con los ojos bien abiertos!
Gracias a vos Guille por tu msj. De verdad gracias porque justo lo andaba necesitando...

jueves, 31 de marzo de 2011

CONADI


Hoy me extrajeron sangre para los análisis de ADN... a esperar 3 meses por los resultados...

martes, 1 de febrero de 2011

Adopción, los niños no se quitan

La adopción es un modo de parentalidad equivalente simbólicamente, a la paternidad biológica. La biología en sí, no define ser padre y madre. Estas funciones fundamentales para el armado psíquico del niño, comienzan a desarrollarse antes del nacimiento o de la adopción, desde el momento en que se genera el deseo de tener un hijo y se sueña con él.
Un niño, antes de ser dado en adopción, sufre una separación, es una privación de un vínculo real con la mujer que lo gestó con un hombre que tampoco está, esto marca una huella que es sentida como un "agujero".
Al ser adoptado, hay una posibilidad de reparación y cambio. Se inaugura un nuevo vínculo, generalmente el primero de una experiencia de amor y una vivencia de satisfacción, que marca una impronta en la sensación de sentirse contenido y seguro. El bebé comenzará a conectarse afectivamente con sus padres adoptantes, a conocer el tono de voz, el olor familiar y los tiempos. Entonces ese "agujero" comienza a cerrarse, si todo va siendo lo suficientemente normal.
El proceso de ser uno mismo, no se produce en el acto del nacimiento, tiene que ver con una necesidad humana básica y fundamental para el desarrollo del ser, que es la necesidad de apego y de ser parte de la historia de alguien para quién el vínculo también tenga un sentido especial.
Esta necesidad básica para el armado emocional, es tan necesaria como el alimento y precisa de una interconexión afectiva profunda. El afecto también nutre. Cuando se establece el apego, una separación es más desgarrante y potencia la separación de la mujer que lo gestó.
El entrecruzamiento entre la capacidad de dar y la necesidad de apego, constituyen una trama vincular-afectiva que tiene la función de una anidación extrauterina.
Un niño que ya ha vivido una separación y un abandono, es un niño más demandante, porque ya conoce el abandono.
Cuando una pareja o una persona desea adoptar, se debe elaborar una carpeta donde se evalúan los aspectos psicológicos, entre otros. Este diagnóstico debe hacerse con la mayor seriedad, sin pensar "que cualquier adopción siempre será mejor que un instituto". Esto no es verdad, porque son muchas las personas que desean adoptar y esperan años hasta sortear la burocracia interminable.
Una vez aceptado, padres y niño comenzarán una trama vincular constituyente, y otra falla para el niño podría ser causante de un duelo muy difícil de elaborar. El temor a los nuevos vínculos, a querer y la desconfianza para no correr el riesgo de un nuevo abandono pueden ser irrecuperables. En el período de guarda, ya se arman vínculos fuertes, que deben ser preservados, salvo en los casos de maltrato infantil, como se haría con los lazos cosanguíneos.
Así como no se puede retornar al vientre materno por arrepentimiento, los niños no pueden quitarse. El temor a esta posibilidad trae una angustia latente en todos los padres e hijos adoptados y esto puede producir una inestabilidad inadecuada. El vínculo a través de la adopción es fundante, es el de una verdadera paternidad que no puede interrumpirse sino con la marca de un duelo indeleble.

* Lic. Eva Rotenberg
Autora del libro "Adopción, el Nido anhelado", Lugar Editorial
Coordinadora Adopción de la Asociación Psicoanalítica Argentina
Coordinadora Aadopción de la Asociación Médica Argentina